En 2005, Fred van der Weij, un inventor de Países Bajos, ideó la freidora de aire, es decir, una freidora que llevaba a cabo su cometido sin sumergir el alimento en ninguna grasa, ni animal, ni vegetal.
Teniendo en cuenta que en el mundo hay 8 mil millones de personas, según la FAO, y unos 3 mil trescientos millones de hogares, desde la perspectiva alimentaria, se consumen por persona, y hogar, respectivamente, al año, unos 25 y 60 kilogramos de aceites y grasas en la elaboración de alimentos, 410 gramos y 1 kilogramos si hablamos de aceites de oliva. para completar nuestro análisis pondremos de manifiesto que en el planeta, según estimaciones propias adaptadas del portal traveler, podría haber del orden de 20 millones (solo India y China cuentan con 9 millones de estos establecimientos) de bares, restaurantes, tascas, food and drinks, etc. distribuidos por todo el mundo.
En el ámbito internacional se producen, 2021, de forma anual, 247 millones de toneladas de aceites y grasas, de las cuales, el 80 por ciento, 198 millones de toneladas, se destinan a uso alimentario, es decir, para elaboración de alimentos, y el restante 20 por ciento, unos 49 millones de toneladas, se usa en la industria de elaboración de biocombustibles, y resto de industria química no alimentaria.
De forma segmentada, más de 79 millones de toneladas de aceites y grasas se usan en la elaboración de asados y fritos, algo más del 75 por ciento en el hogar, y resto en la restauración, para ello, tanto los hogares, como la restauración cuentan, para 2021, con más de mil millones de freidoras, si nos atenemos a aceites de oliva en el mundo para las campañas 2019, 20 y 21, la media, y por campaña, de aceites usados para freír y asar exclusivamente fue de 800 mil toneladas, de las cuales en el hogar fueron utilizados 600 mil, y el resto, en hostelería restauración y colectividades, dicho de otro modo, del total de aceites y grasas usados en hostelería, restauración, colectividades, y hogares en el planeta, para freír, algo más, muy poco, del 1 por ciento, son aceites de oliva.
En 2010, Van der Weij presentó su freidora, producida por Philips, bajo patente, en La Internationale Funkausstellung, en Berlín.
Desde entonces la freidora de aire, no para de prosperar de forma gradual, se estima que el 36 por ciento de los hogares de Estados Unidos poseen una, de acuerdo con datos elaborados a partir de NPD, en 2022, ya habían más de 200 millones de freidoras de aire en el mundo, y se prevé que en 2030 haya unos 400 millones de estos electrodomésticos en el planeta.
Esto pone de manifiesto que si en la actualidad existen en el planeta del orden de 200 millones de estos electrodomésticos, teniendo en cuenta el uso que se les da, y el volumen de los mismos, se ha producido un desplazamiento acumulado en el uso de aceites y grasas que equivale a unos 12 millones de toneladas de aceites y grasas, por año, desde que se presentara por 2010, y que podría llegar a ser según las previsiones, en 2030 de más de 23 millones de toneladas, estas cifras se acercan al aceite de girasol consumido de forma plena en el planeta en el ámbito alimentarito, solo por tener un modo de comparar, esta magnitud, si hablamos en materia de aceites de oliva, y teniendo en cuenta las cifras abordadas, esta cuantía ya podría ser de 210 mil toneladas, y se podría llegar a acercar a las 230 mil, en 2030, todo ello en el ámbito de los 198 países que consumen aceites de oliva.
Por lo tanto, en la actualidad, dada la acumulada base instalada de freidoras de aire, y su evolución potencial, más del 6 por ciento del consumo alimentario de aceites y grasas, no sería demandado de esta forma, o debería de ser destinado a otros usos, distintos al alimentario, si nos referimos al ámbito de los aceites de oliva, este impacto en la actualidad no es tan alto, podríamos valorarlo para finales de 2022 en 210 mil toneladas, no obstante, esta situación combinada con otros factores, como la falta de precipitaciones, la evolución de la tendencia de precios en origen, y en el lineal, y la existencia de otros productos sustitutivos, diversos aceites y grasas de diferente índole, podrían afectar en mayor medida generando un retroceso de consumo en el medio plazo para el producto en cuestión.
Del mismo modo, los drivers de venta argumentada con que se ofrece para el caso de la freidora de aire, van ligados a la salud, por usar menos calorías en el cocinado, mayor sostenibilidad medioambiental, por no requerir de productos adicionales, un menor coste en la elaboración, etc.
Por lo tanto, cuanto menos, aquellos que desempeñamos parte de nuestra actividad profesional vinculados al mercado de los aceites y grasas, y en mayor medida a los aceites de oliva, deberemos de estar atentos a este nuevo electrodoméstico, así como, al habito culinario que del mismo se desprende.
Juan Vilar Hernández
Analista oleícola internacional, consultor estratégico, profesor en excedencia de la UJA y agricultor